Las manchas cutáneas constituyen una de las grandes preocupaciones de hoy, se consideran antiestéticas y son causa del envejecimiento acelerado de la piel. Son más frecuentes en las mujeres y más comunes en pieles morenas. Su aparición está directamente relacionada con la actividad hormonal (embarazo, anticonceptivos orales, menopausia…) y con la exposición solar.
El peeling es un tratamiento de rejuvenecimiento facial que permite la eliminación de pequeñas arrugas, manchas cutáneas y la mejora de la textura y tono de la piel perdidos con el paso del tiempo y la influencia de factores nocivos como el sol, el tabaco y/o el estrés, entre otros.
Consiste en la descamación de la piel producida por la aplicación de sustancias normalmente ácidas, que irritan la capa córnea y penetran en profundidad. Los peeling superficiales penetran 0.6 mm. – grosor de epidermis – aunque a veces pueden alcanzar la dermis papilar. Actúan haciendo desaparecer las capas más superficiales de la piel, produciendo un efecto blanqueador y cerrando los poros. Está indicado en los casos de envejecimiento cutáneo causados por manchas seniles, arrugas finas o moderadas, secuelas de acné y poros dilatados, tanto a nivel facial como corporal. Útil también en los casos de acné activo y foliculitis.
Los peelings médicos se realizan en consulta, en varias sesiones – según cada paciente – , siendo muy bien tolerados por todo tipo de piel, precisando una posterior protección solar. El peeling se realizará en varias sesiones con un intervalo de entre 72 horas a 2 semanas, dependiendo de varios factores: tipo de piel, sustancia activa a utilizar (tipo de peeling) y tolerancia del paciente al peeling.